2017: una vendimia complicada
La que se acaba de terminar, aquí en la Tenuta di Trecciano, ha sido una añada verdaderamente extraña. Sin duda todos recordamos el calor que, desde el mes de mayo hasta primeros de septiembre, ha sufrido toda Italia. Aunque en realidad, el primer factor determinante no han sido las altas temperaturas, sino el frío: en abril, después de unas semanas de calor anticipado, que había hecho empezar la germinación de las vides de una forma tan vigorosa como precoz, llegó una ola de hielo que provocó la muerte de una parte de los nuevos brotes, sobre todo en aquellas viñas situadas en la posición más baja del valle y que no estaban protegidas por el bosque, comprometiendo así una parte de la producción de 2017.
La andadura estacional ha continuado como había empezado: un calor anómalo – con puntas de más de 40 grados – que se ha prolongado durante mucho tiempo, y la falta de lluvias han hecho difícil la gestión de los viñedos, causando ulteriores pérdidas en la producción. Afortunadamente, las uvas recogidas son sanas y la vendimia de 2017, en términos cualitativos, es óptima. El gran calor ha favorecido la concentración de azúcares, que se traduce, una vez realizada la fermentación, en una notable gradación alcohólica.
Aquí en la Tenuta, la vendimia ha empezado –excepcionalmente, como nunca antes- la última semana de agosto, cuando hemos recogido nuestras uvas de Merlot. Sucesivamente, en la primera quincena de septiembre, hemos realizado la vendimia de las uvas de Cabernet Sauvignon y Franc, de Syrah y de Sangiovese, las cuales se han beneficiado de las lluvias providenciales de primeros de septiembre.
En resumen, ¡esta será una añada para verdaderos viñadores!
Viñadores que, como nosotros, interpretando una evolución climática tan anómala y extrema, han trabajado el terreno para socorrer a las viñas contra la sequía y han llevado a cabo una cuidadosa selección de los racimos durante la vendimia. Y más tarde, en la bodega, limitan los períodos de maceración y realizan la microoxigenación del mosto para poder obtener vinos de taninos suaves y ricos bouquet afrutados.
El milésimo 2017 dará vinos densos y potentes, con estructuras importantes y con una señal privilegiada.
